Ganadería de precisión: medir para producir más

Por Oscar Ferrero, MV (UNR) y Especialista en Prod. Bovina (UCC). Asesor en Nutrición de Cabaña Pilagá.

La producción ganadera argentina se ha venido transformando en los últimos años, incorporando definitivamente planteos productivos como el feedlot (en su gran variedad de niveles tecnológicos), relocalizando actividades como la recría (desde las zonas pampeanas al NOA especialmente) e incorporando nuevos subproductos de la industria en las dietas (como el caso de la burlanda), por solo citar algunos ejemplos.

Al mismo tiempo, las empresas ganaderas (y mixtas en muchos casos) implementaron un manejo más empresarial sustentado en la especialización de la actividad y el uso de sistemas de información que facilitan la gestión, impulsados por la necesidad de evaluar los negocios alternativos en contextos de escases y competencia de recursos.

Sin embargo, a pesar de las tecnologías disponibles, aún persisten deficiencias en la gestión evidenciadas en que aún no existe un orden en el desarrollo de los procesos y, muchas veces, los mismos dependen de la persona que los ejecute. Esto dificulta los procesos de medición y retroalimentación de la gestión, único camino hacia la mejora continua.

Medir, medir y medir
La medición es un factor importante en las organizaciones ya que es determinante para la toma de decisiones. La medición permite presupuestar (con base en lo obtenido anteriormente) una serie de entradas para cada proceso con la plena certeza de no estar por fuera de los parámetros y de que en la toma de estas decisiones no se están viendo reflejadas opiniones subjetivas, sino que corresponde netamente a lo que el proceso está en la capacidad de desarrollar y soportar. En consecuencia, lo que no se mide se hace difícil o casi imposible de controlar pues no existirán patrones de referencia que contribuyan a desarrollar planes de acción para el mejoramiento de las variables involucradas en el proceso, ocasionando la imposibilidad de ajustar las acciones a las propias facultades, tanto para los sistemas, como para el recurso humano. La medición permite adelantarse a los hechos o a la ocurrencia de los problemas, facilitando la toma de decisiones y seleccionando las oportunidades de mejoramiento más acordes con el sistema o el proceso.

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 ¿Podemos hacer ganadería de precisión?
El concepto de agricultura de precisión, que desde sus inicios ha tenido muchas definiciones, se refiere al manejo variable de los insumos según ambientes, incluyendo a herramientas y demás factores que manejan la productividad y calidad de los cultivos, lo que permite avanzar en la trazabilidad de los productos con “valor agregado”.

Transitar el mismo camino que hizo la agricultura para introducir el concepto “de precisión” supone para la ganadería superar varios pasos previamente, pero es importante tener claro cuál es el objetivo final desde el inicio de ese camino.

Para arrancar, una distinción fundamental que debe hacerse es entre producción (por ejemplo, kg totales producidos) y productividad (como la eficiencia de producción); y al analizar indicadores de eficiencia física es importante vincularlos además con las características de los planteos y sistemas que los originaron. Una productividad de 240 kg carne/ha puede ser un valor altamente satisfactorio en un sistema íntegramente pastoril, con campos bajos y anegadizos, y revelaría deficiencias si se tratara de un planteo basado en pasturas de alta producción. Además, las medidas de eficiencia deberán adaptarse y serán más apropiadas unas que otras según el eslabón que se esté midiendo, para no caer siempre en medidas que relacionan unidades físicas de producto con el recurso superficie.

Iniciar el camino hacia una ganadería de precisión será identificar los factores que más inciden en cada región, ambiente o eslabón de la cadena, medirlo y generar la retroalimentación necesaria para la mejora continua.

 Identificando indicadores clave en cada eslabón
La primera estrategia en mente para producir más kilos es siempre crecer en el stock (principalmente de vientres), aunque ésta no es la única. Dependiendo de si nos encontramos en un eslabón o si desarrollamos un ciclo completo ganadero, si nos encontramos en una región u otra y también de acuerdo a nuestro nivel tecnológico, habrá distintos caminos para impulsar una mayor producción en la empresa agropecuaria, a través de mejoras de la productividad.

  • Mejoramiento de la eficiencia reproductiva, ya que a nivel país el índice de destete no supera el 60%.

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La eficiencia reproductiva es uno de los principales factores que contribuyen para mejorar el resultado económico del rodeo de cría. Los factores que participan en el logro de esta meta son múltiples, pero el adecuado estado nutricional de la vaca de cría debe considerarse como uno de los más importantes. Así el concepto de condición corporal es clave en la cría.

Lograr que el gran número de vacas de nuestro rodeo nacional (35% aproximadamente) sean “útiles” mediante una mejora en el porcentaje de preñez y mayores pesos al destete será de alto impacto para aumentar la productividad de toda la cadena. Deberemos pensar entonces que en diversas zonas criadoras del país será determinante la suplementación de la vaca de cría para mantener una adecuada condición corporal durante todo el año para asegurar altos niveles de productividad.

  • Aprovechamiento del potencial del NEA y NOA para la recría, tal como se viene aprovechando el Paraguay en los últimos años.

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La recría es la etapa determinante para producir animales con más peso de terminación. Permite obtener más kilos por animal, reducir la edad de faena, lograr reses de mejor calidad y, por lo tanto, aumentar la eficiencia global de la producción de carne, que se refleja en un mejor resultado económico de la cadena.

En el plano económico, la recría, y especialmente la pastoril, es un eslabón muy importante para determinar el resultado del negocio ganadero. Producir kilos baratos a campo permite diluir el alto costo de compra de la invernada en un ambiente en donde la escasez del ternero es relevante, tanto por la coyuntura de nuestro país como por la tendencia a nivel mundial (reposición a precios cada vez más altos).

Por lo tanto, nuestras mediciones deberían asegurar controles para que las categorías en crecimiento mantengan un aumento diario de peso vivo de entre 500 y 600 gramos promedio año, probadamente logrables sobre pasturas mega térmicas con suplementación estratégica invernal en el NOA. La utilización de subproductos de la industria como la burlanda y semilla de algodón (u otros insumos locales según la zona) son una gran oportunidad para aprovechar en esta etapa.

  • Mayor utilización de los granos y subproductos, accediendo a más mercados externos que premien la terminación a grano.
  • Aumento del peso promedio de las reses, utilizando el mismo impulsor del crecimiento de la producción utilizado por Australia y Estados Unidos.

El sector del feedlot en Argentina es muy joven y están en medio de un enorme cambio, desde una etapa en la que la mayor preocupación era mantener el ganado en un peso específico para el uso doméstico hacia una etapa en la que se priorizarán genéticas que permitan mayores pesos de terminación y diferentes estrategias de manejo que no apunten tanto a la ganancia magra sino al marmolado y la grasa intramuscular para el mercado de exportación. El foco estará aquí en lograr la mejor eficiencia de conversión y el aprovechamiento de granos y derivados de la industria (caso de la burlanda húmeda y seca), que permitan obtener mejores costos por kilo producido. Además, en el último tiempo, el foco en los procesos que introdujo la Cuota 481 ha sido de gran valor para comenzar a formalizar tareas en la ganadería argentina.

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Conclusiones
Es cierto que la ganadería aporta sustentabilidad a los negocios agropecuarios, sin embargo, su inclusión y permanencia dentro del planteo empresario dependerá de la competitividad económica que logre la actividad. Para ello la profesionalización de la gestión será clave, a través de una planificación empresaria basada en mediciones objetivas, tecnologías sostenibles y estrategias flexibles.

Los países de Mercosur enfrentan el desafío de “crear” una nueva ganadería de procesos formalizados, basada en el uso de tecnología, mejorando los índices reproductivos, intensificando la producción forrajera y combinándola con la utilización de suplementos que permitan aumentar la producción y hacerla competitiva internacionalmente. La gran flexibilidad de los sistemas de producción de carne en Argentina le permite producir carnes a medida para los diferentes segmentos de mercado incluyendo su valioso y potente mercado interno, ofreciendo carnes terminadas a pasto o grano de gran calidad.

Nuestra tarea será la de continuar en el camino que definitivamente nos transforme en verdaderos ganaderos de precisión y para ello, hacer foco en conceptos clave de nuestro negocio y medirlos es la única llave para acceder a transitarlo.

ChochinRef. Oscar Ferrero es asesor privado de Cabaña Pilagá, Multicarnes La Muñeca y otras empresas ganaderas de todo el país.

Contacto: oferrero@cabanapilaga.com.ar

Un comentario

  1. Buenas

    Felicitaciones y gracias por el aporte

    Chao

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